Etapa 11 – de Fauske a Svolvær

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Sube a tu moto y disfruta de magníficas rutas visitando "Pueblo a Pueblo" la provincia de Guadalajara -España-

Etapa 11 – de Fauske a Svolvær

7:00 a.m

Me asomo con temor a la ventana de mi habitación para ver el cielo y… uff, ¡menos mal!… hay alguna nube pero no llueve.
Partimos de Fauske con dirección a Bodo, donde embarcaremos rumbo a uno de nuestros destinos más deseados: Las islas Lofoten, un auténtico paraíso natural en Escandinavia.

Una vez embarcados comprobamos que “no cabe un alfiler” en el barco y por más vueltas que damos no encontramos un lugar donde sentarnos, así que de momento nos ubicamos en el parque de juegos infantil y a esperar a ver si hay suerte.
¡Hay suerte, mira! Date prisa y coge aquellas dos sillas de allí. Bueno… al menos ya vamos sentados.

Junto a nosotros viaja una pareja de americanos de mediana edad residentes en Wisconin (Colorado), con quien entablamos conversación durante casi toda la travesía que duró tres horas y media. Ella hablaba español porque había residido en Méjico durante muchos años, aunque ya casi lo tenía olvidado por la falta de práctica, y por lo que parecía, no quería olvidarlo del todo porque durante toda la travesía nos dio conversación.


Ya estamos cerca de las islas y nos acercamos a la proa del barco a contemplar las espectaculares vistas que tenemos ante nosotros. Parecen de película. Nos recuerdan al “Parque Jurásico”. Montañas cubiertas de verde y con gran cantidad de “neveros” en sus rocosas cimas. Estamos en el mes de julio pero nadie lo diría. No quiero ni pensar como serán los inviernos aquí.

Por fin llegamos a puerto y nos despedimos de nuestro buque para comenzar a rodar por carretera rumbo sur hacia la primera población del mundo por orden alfabético, jeje… “A”.


Es entonces cuando vemos los primeros secaderos de pescado. Miles de cabezas de bacalao se apiñan en unas estructuras de madera ubicadas al borde del mar, donde el frio viento del norte sopla sin cesar. El lugar resulta de lo más pintoresco para un par de moteros españoles como nosotros, y no podemos resistirnos a hacer unas cuantas fotos. Bueno, en realidad esto nos sucede continuamente durante los tres días de ruta por estas maravillosas islas.

Nos detenemos junto a la pequeña población de Borg para visitar el “Lofotr Vikingmuseum” Un espacio ubicado en el lugar de un hallazgo arqueológico donde se encontró una gran casa vikinga con cantidad de útiles y restos interesantes. Los cimientos y pilares de la casa original se hayan junto al museo que resulta ser una réplica de la misma.

Visitamos el interior de la casa, en la cual se reproducía el modo de vida que se desarrollaba en aquella época. En la sala de exposiciones pudimos ver todos los utensilios de uso diario, incluso las armas y el equipamiento guerrero de los vikingos. Para nuestra sorpresa, una de las jóvenes “vikingas” que se encargan de guiar al visitante por el museo, resulta ser Española, de León concretamente y departimos con ella unas palabras durante un rato.

Lamentablemente no disponemos de tiempo para hacer el recorrido exterior del museo ya que se trata de una ruta a pie de unos 2 kilómetros de recorrido para ver las huertas y las granjas vikingas. Otra vez será. Al menos hemos visto al que bien podría ser el rey Ragnar Lodbrok y su guerrera esposa. El realismo de estas esculturas es increíble. Parecía que iban a moverse en cualquier momento.

Continuamos ruta por las islas contando con la suerte de nuestro lado, ya que a pesar de que hay muchas nubes, la lluvia apenas hace acto de presencia, lo que nos permite seguir disfrutando de las espectaculares vistas de 360º que tenemos desde nuestras motos. Aquí en Lofoten, la mayoría de los tramos tienen una limitación de velocidad de 60 o 70 km/time así que más que rodar en moto, paseamos por la carretera tranquilamente y disfrutando del paisaje.

Ya en busca de nuesro alojamiento de hoy, una cabaña en Svolvaer, situada en un bosque cercano al pie de un pequeño y bonito lago. Antes, hacemos parada técnica en el supermercado para adquirir la cena que prepararemos nosotros mismos. Bueno, mejor dicho, que prepara Pere, cocinero oficial de nuestro “En Busca del Norte” particular, jeje… tiene una mano para la cocina que ya me gustaría a mi parecerme solo un poco.

Tras la sabrosa cena, y ya acomodados en nuestra cabaña, nos conectamos a internet para ver los horarios y posibilidades de reserva de una actividad que haremos mañana y que esperamos con muchas ganas desde que la vimos allá por el mes de febrero mientras preparábamos las rutas. Se trata del “Whale Safari” de Andenes, o “Safari de Ballenas”. Embarcaremos en el puerto de Andenes y nos adentraremos mar adentro en busca de algún avistamiento de cetáceos.

¡Oh no!… en la web ya no quedan plazas para poder reservar para mañana… ¡Qué desastre! Nos lo vamos a perder puesto que las rutas están cerradas y no podemos quedarnos en Andenes ni un día más de lo previsto. Solo nos queda llamar mañana a primera hora de la mañana y cruzar los dedos para que nos hagan un hueco en el barco. ¡Qué desilusión!

Es la primera vez en todo el viaje que nos vamos a dormir con mal sabor de boca. La ruta del día ha sido fantástica otra vez, pero el hecho de perdernos las ballenas de mañana hace que la inquietud se apodere de nosotros. Veremos que pasa mañana…

“…Yo me voy a dormir ya compañero, que descanses…”
“…Yo también, igualmente, hasta mañana amigo…”

mapa de la ruta

 

 

Mario

Mario

2 Comments

  • Ana

    Menuda maravilla….!!!! Aventura todos los dias!!!!

    7 julio, 2017 at 12:32
    • Mario
      mariosj

      Además que si. Cada día es especial. Esto es un no parar!!!

      7 julio, 2017 at 12:50
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