de Copernal a Tamajón

¿Dónde quieres ir hoy?

Sube a tu moto y disfruta de magníficas rutas visitando "Pueblo a Pueblo" la provincia de Guadalajara -España-

de Copernal a Tamajón

Todo el mundo sabe que marzo es el mes de las… motos, ¿no?

Al menos eso es lo que parece un sábado como hoy ya que nos hemos puesto todos de acuerdo y creo que vamos a ir todo el día con la mano derecha en el puño del gas y con la izquierda al aire haciendo la “uve”.

Dice Miki que hoy toca algún “hueso”, así que intuyendo que hoy nos vamos a encontrar con alguna que otra sorpresa, salimos desde la gasolinera de la “carretera de Fontanar” (CM-101) dirección a Humanes de Mohernando y, sin detenernos, tomamos la GU-183 dirección a Torre del Burgo para disfrutar de un buen puñado de curvas en una estrecha carretera pero con un asfalto impecable.

Giramos a la izquierda en el cruce con la CM-1003 y, entrando en Hita, cambiamos de carretera cogiendo de nuevo una estrecha pero entretenida GU-150 que nos lleva a nuestro primer pueblo de hoy: Copernal, tierra de trigos de Castilla, donde somos recibidos por un simpático paisano que, alertado por el sonido de nuestros motores, se ha asomado a su balcón para ofrecernos lo que necesitemos “menos dinero”, dice… “lo que ustedes quieran”. Hacemos nuestra foto en la plaza del Ayuntamiento y retomamos la ruta por la misma carretera para desviarnos unos pocos km más adelante hacia Valdeancheta. Se trata del primer “hueso” de hoy por doble motivo. Primero porque para llegar hasta allí hace falta pisar “marrón” ya que el asfalto no llega hasta esta población, y segundo porque hoy día apenas quedan unas pocas piedras en pie de lo que un día fue Valdeancheta.

Volvemos a la Gu-150 para curvear por la bajada que nos lleva hasta Espinosa de Henares, población bañada por el rio que le da nombre y donde su puente romano y la iglesia de La Asunción son sus principales señas de identidad.
Salimos del pueblo atravesando las vías del tren a la altura de la estación y giramos a la izquierda dirección Cogolludo. Una vez dejado atrás Cogolludo, tomamos la GU-143 que nos llevará hasta Arbancón. En estas fechas los campos de ajos muestran un aspecto que presagia buena cosecha. Subimos hasta San Benito para hacernos nuestras fotos en la villa.

Volvemos sobre nuestros pasos apenas unos metros para coger la GU-144 y, tras unas nuevas curvas por buen asfalto llegamos a Monasterio, una pequeñísima población de apenas 15 habitantes (según el INE) y visitamos su iglesia y su fuente de los tres caños.

De nuevo volvemos sobre nuestros pasos hasta la GU-143 para continuar dirección Tamajón, pero antes de llegar allí aún hemos de hacer varias visitas.

La primera de ellas es otro “hueso” de esos que nos gustan tanto: Fraguas.

Para llegar hasta allí, hemos de tomar nuevamente una pista de tierra y recorrer varios km hasta lo que esperamos sea nuevamente un pueblo abandonado o unas cuantas ruinas de piedra con algún recuerdo flotando en el aire…

Al llegar allí, nos encontramos con sorpresa que hay alguien en Fraguas porque varios coches se encuentran aparcados en la entrada del camino que da acceso a las pocas piedras que quedan en pie.

Nuestra sorpresa es mayor aún cuando un par de jóvenes escoltados por un grupo de perros que “avisan” de su potestad, salen a nuestro encuentro y nos invitan amablemente a entrar en el pueblo (por llamarlo así, puesto que dista mucho de ser lo que fue) para conocerlo. Mantuvimos una muy agradable charla con ellos y pudimos comprobar como, con un grandísimo esfuerzo y apenas sin medios, están reconstruyendo el pueblo “piedra a piedra”.  Nos cuentan que no reciben ninguna ayuda oficial y que simplemente con la ayuda de algún vecino de los pueblos cercanos y con lo que les deja la cerveza artesana que ellos mismos fabrican, están reconstruyendo Fraguas y saliendo adelante.
Como breve resumen de historia actual,  nos han contado lo siguiente:

“…Fraguas quedó vacío en 1969 tras una etapa de decadencia en el pueblo, en la cual la mayoría de gente joven marchaba a la ciudad a buscar una nueva vida. Mientras tanto, en esa misma época,  el Gobierno (a través del ICONA) trató de comprar el pueblo mediante ofertas y coacciones (según el testimonio de antiguos pobladores con los cuales nos mantenemos en contacto y con buena relación).

Fraguas y sus tierras fueron comprados por 3 millones de pesetas y, una vez en manos del ICONA, comenzó la reforestación de la zona con Pino Pinaster para su futura explotación. En los años 70 fue lugar de maniobras militares,  con lo cual quedó prácticamente destruido al igual que su vecino Jócar. En el año 2013 llegamos nosotros con el objetivo de recuperar la zona de manera sostenible y reconstruir el pueblo con la ayuda de algunos antiguos y entrañables ‘Fragüenses’ que siguen subiendo al pueblo a recuperar su historia…”

Tras este rato agradable, continuamos con nuestra ruta, aunque con un poco más de peso en nuestras alforjas ya que nos traemos un puñado de sus cervezas artesanas para degustarlas en cuanto dispongamos de ocasión. Ahora hay que conducir…

Nuestra próxima parada –Jócar– está en la misma pista de tierra por la que hemos llegado hasta Fraguas pero ni nos habíamos dado cuenta de su existencia porque, tal y como nos habían indicado nuestros amigos de Fraguas, está prácticamente destruido y apenas quedan ya cuatro montones de piedras de lo que un día fue la localidad de Jócar. Una pena.

Volvemos a la GU-143 para cruzar el puente sobre el Río Sorbe y llegar hasta Muriel.
Se trata de una pedanía de Tamajón, y está situado en las últimas estribaciones de la sierra de Ayllón, como hemos dicho, en el valle del río Sorbe y a una altitud de 1.000 metros. Nos hacemos la foto con su iglesia al fondo y partimos de nuevo hacia otro “hueso”: Sacedoncillo.

Lo poco que queda de Sacedoncillo, solo está accesible por camino de tierra (y hoy barro) con lo que llegar hasta él con nuestras motos (especialmente con la GT) no ha sido fácil, pero… ¡aquí estamos!
De nuevo nos encontramos ante las ruinas de lo que fue otrora un pueblo serrano de Guadalajara. No en vano, su verdadero nombre fue “Sacedón de la Sierra”.

Hoy luce un sol espectacular que nos brinda unas preciosas fotos, así que aprovechamos y hacemos una instantánea de nuestras monturas con el Sr. Ocejón de fondo.
Salimos del camino con cierta dificultad de nuevo hacia la GU-143 para llegar hasta nuestra última parada de hoy: Tamajón.

Nos acercamos a la iglesia románica del siglo XVI con su atrio porticado dedicada a la Asunción de Nuestra Señora y aprovechamos este singular escenario para inmortalizar nuestro paso por la localidad.
Se puede decir que Tamajón es la puerta de entrada a la Sierra Norte de Guadalajara y parada obligada para todos los visitantes de la zona.

Recomendamos especialmente visitar el “Área de Tamajón”, establecimiento regentado por la familia Esteban, donde además de disponer de una muy bien surtida tienda con exquisitos productos autóctonos, cuentan con un estupendo restaurante donde podremos saborear las delicias de su cocina tradicional.
Hoy solo hemos podido quedarnos unos minutos para tomar un rápido refresco y llevarnos unos “panes preñaos” por gentileza de David Esteban, pero… ¡volveremos!

Regresamos a casa dándonos de nuevo un gustazo de curvas por la CM-1004 hasta Guadalajara, aunque nos separamos a la altura Yunquera de Henares para tomar cada uno caminos diferentes de regreso, tocamos el claxon para despedirnos y nos saludamos con una “uve” de… ¡hasta pronto compañero!

Pronto más pueblos en moto.

mapa de la ruta

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Vídeo de la ruta:

Mario

Mario

Atienza y su Castillo Roquero

de Escamilla a Casasana

de Sacecorbo a Trillo

de Alhóndiga a Auñón

de Cuevas Labradas a Lebrancón

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